El titulo de este post viene de la
responsabilidad de las grandes corporaciones en apoyar a los emprendedores, sin las grandes corporaciones el ecosistema emprendedor de un país corre un serio riesgo para
sostenerse y no es una exageración.
Si queremos cambiar está realidad
debemos, es casi una obligación hacelo, modificar nuestra mentalidad.
En la zona de la bahía de San Francisco
están las empresas mas caras del planeta, Apple, Google, Twitter y en una semana de estar en allá, conseguimos
juntarnos junto con otro grupo de emprendedores , con muchos directivos
de las grandes empresas tecnológicas de hoy y todavía sigo esperando después
de 6 meses una reunión con un gerente de marketing de una empresa de retail en
Chile.
¿Las realidades son diferentes? Si por
supuesto, pero debemos empezar por casa, por que los directores y gerentes
abran los ojos, miren a su alrededor para poder aprovechar el potencial
innovador y de disrupción que ofrecen las startups.
Chile en el contexto de América Latina
tiene uno de los ambientes de innovación mas fuertes, esto impulsado por el gran
trabajo de la Fundación Chile y Corfo, pero no es suficiente, las grandes
empresas deben favorecer este ecosistema tratando a las startups como empresas que
aportan mucho valor agregado a lo que ellas no pueden o les resulta complicado hacer, el dinamismo, la
innovación y la capacidad de generar ideas disruptivas en mercados que quizás en
épocas de incertidumbre y crisis puedan generar nuevas oportunidades.
Otra de las formas de apoyar el
emprendedurismo es dándoles lugar, no tratarlas como competencia si no como
socios de sus proyectos, no copiar sus ideas si no asociarse a estas
como generadoras de ideas, fomentar que esas ideas puedan liderar cambios
dentro de organizaciones que se destacan por la falta de innovación pero por
una enorme cantidad de recursos, algo que a las pequeñas empresas les falta,
entonces esta simbiosis entre recursos e ideas puede resultar beneficioso para
ambos.
Las grandes empresas norteamericanas
aprendieron las lecciones del pasado y los altos ejecutivos escuchan con mas
cuidado a adolescentes/jóvenes, aun con acné en sus rostros, que se presentan
con ideas innovadoras ya que quieren evitar la vergüenza de haber rechazado a
una empresa que en un futuro podría llegar a valer miles de millones de
dólares.
Los sistemas de bonos y recompensas también
están cambiando, nos comentaba un alto directivo de un importante retail, que
se les pagaba un bono extra por encontrar y sumar a proyectos de startups que pudieran agregar algún valor
agregado a sus procesos y negocios, esto los obliga a por lo menos
entrevistarse una vez cada dos semanas con alguna de estas empresas y asistir a eventos y
conferencias.
En definitiva si queremos ser del primer
mundo no solo debemos parecerlo, debemos practicarlo, aunque mas no sea por un
rato.
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