sábado, 13 de junio de 2015

¿Startups y grandes empresas… el huevo o la gallina?

--> Recién vuelto de San Francisco y estoy intentado no usar la frase  “...es otro planeta...” por eso voy a decir solo… “es otro contexto”.
El titulo de este post viene de la responsabilidad de las grandes corporaciones en apoyar a los emprendedores, sin las grandes corporaciones el ecosistema emprendedor de un país corre un serio riesgo para sostenerse y no es una exageración.
Si queremos cambiar está realidad debemos, es casi una obligación hacelo, modificar nuestra mentalidad.
En la zona de la bahía de San Francisco están las empresas mas caras del planeta, Apple, Google, Twitter  y en una semana de estar en allá, conseguimos juntarnos junto con otro grupo de emprendedores , con muchos directivos de las grandes empresas tecnológicas de hoy y todavía sigo esperando después de 6 meses una reunión con un gerente de marketing de una empresa de retail en Chile.
¿Las realidades son diferentes? Si por supuesto, pero debemos empezar por casa, por que los directores y gerentes abran los ojos, miren a su alrededor para poder aprovechar el potencial innovador y de disrupción que ofrecen las startups.
Chile en el contexto de América Latina tiene uno de los ambientes de innovación mas fuertes, esto impulsado por el gran trabajo de la Fundación Chile y Corfo, pero no es suficiente, las grandes empresas deben favorecer este ecosistema tratando a las startups como empresas que aportan mucho valor agregado a lo que ellas no pueden o les resulta complicado hacer, el dinamismo, la innovación y la capacidad de generar ideas disruptivas en mercados que quizás en épocas de incertidumbre y crisis puedan generar nuevas oportunidades.
Otra de las formas de apoyar el emprendedurismo es dándoles lugar, no tratarlas como competencia si no como socios de sus proyectos, no copiar sus ideas si no asociarse a estas  como generadoras de ideas, fomentar que esas ideas puedan liderar cambios dentro de organizaciones que se destacan por la falta de innovación pero por una enorme cantidad de recursos, algo que a las pequeñas empresas les falta, entonces esta simbiosis entre recursos e ideas puede resultar beneficioso para ambos.
Las grandes empresas norteamericanas aprendieron las lecciones del pasado y  los altos ejecutivos escuchan con mas cuidado a adolescentes/jóvenes, aun con acné en sus rostros, que se presentan con ideas innovadoras ya que quieren evitar la vergüenza de haber rechazado a una empresa que en un futuro podría llegar a valer miles de millones de dólares.
Los sistemas de bonos y recompensas también están cambiando, nos comentaba un alto directivo de un importante retail, que se les pagaba un bono extra por encontrar y sumar a proyectos  de startups que pudieran agregar algún valor agregado a sus procesos y negocios, esto los obliga a por lo menos entrevistarse una vez cada dos semanas con alguna de estas empresas y asistir a eventos y conferencias.
En definitiva si queremos ser del primer mundo no solo debemos parecerlo, debemos practicarlo, aunque mas no sea por un rato.

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